Myra y las tumbas rocosas de Licia
Myra y las tumbas rocosas de Licia
Kas es uno de los mejores destinos que pueden visitarse en Turquía. Este pueblo costero, situado en la provincia de Antalya y en el Egeo turco, ofrece un escenario idóneo para relajarse durante algunos días.
Al tratarse de una localidad pequeña, pueden aprovecharse sus alrededores para enriquecer la experiencia y hacer de la estancia en Kas una de las más completas en Turquía.
Nos referimos a una de las excursiones más preciadas por el visitante, a tan solo 50 kilómetros de Kas y a 150 kilómetros de Antalya: un lugar que permite contemplar, a día de hoy, las tumbas milenarias y el anfiteatro de la que era una antigua ciudad de Licia.
Myra se sitúa a 1,5 km al norte de la actual ciudad de Demre, ubicada también en la provincia de Antalya. Demre no es un lugar que brille por su belleza, tampoco tiene playa y, no obstante, cuenta con unas de las ruinas más peculiares que pueden disfrutarse en Turquía.
En comparación con otras ruinas más afamadas, como Éfesus o Bergama (más próximas a Izmir, hacia el oeste desde Kas en la línea del Egeo turco), Myra muestra orgullosa, pero con cierta timidez, las tumbas rupestres excavadas en la montaña que la resguarda, como si se tratara de un secreto que, no obstante, fue descubierto y saqueado para la desgracia del país.
Se dice, además, que cerca de este antigua ciudad se encuentra el lugar donde nació Santa Claus. Curioso, ¿verdad? Espera a ver las tumbas excavadas en la pared de la montaña y el grandioso anfiteatro que aún le hacen compañía.
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Recorrido por el interior de las ruinas
Para acceder a las ruinas es necesario pagar la entrada. Aunque el precio puede variar, generalmente, la entrada cuesta unas 20 liras, cuatro euros más o menos, aunque es conveniente comprobar el cambio de moneda.
Se trata de unas ruinas que se visitan rápidamente, a diferencia de otros lugares en Turquía, como las ruinas de Éfeso o de Bergama que son más espaciosas y exigen andar mucho más tiempo. Esto puede llegar a ser toda una ventaja: en la provincia de Antalya, el termómetro puede alcanzar una temperatura escandalosa y se agradece observar en vivo la antigüedad, en un lapso de tiempo breve.
Una vez se llega al lugar y se abona la entrada, el visitante se encuentra ante una galerada de restos de ruinas colocadas en ambos extremos. Llama mucho la atención la forma de los rostros tallados en las rocas tan antiguas.
Según se avanza a través de la galerada, la mirada girará automáticamente hacia la pared de la montaña: una especie de huecos excavados, en algunas zonas de la pared, apelotonados unos encima de otros, como si se trataran de cuevas que albergaban hogares. Nada más lejos de la realidad: fueron tumbas que contenían oro. Mucho tiempo después fueron saqueadas.
El visitante puede acercarse hasta los pies de la pared de la montaña para comprobar hasta qué punto es impresionante observarlas, aunque pareciesen simples agujeros, para percibir la magnitud del lugar: es la prueba de que en la antigüedad otras gentes dieron ofrenda a los que serían, con el paso del tiempo, sus descendientes.
Las tumbas pueden llegar a eclipsar la atención. Desvíate hacia la derecha, solo a unos pasos de donde te encuentras, para visitar el antiguo anfiteatro. A primera vista parece que no es gran cosa, pero a medida que te acerques, te darás cuenta hasta qué punto es enorme. Si subes los escalones para conseguir una vista desde lo alto, te darás cuenta de que lo único pequeño era la primera percepción que se tenía de este gran lugar, antes de ser descubierto.
Un poco de historia
Myra cuenta con dos monumentales complejos de tumbas denominadas rupestres, excavados en dos lugares diferenciados. Por una parte, sobre el anfiteatro romano, al que se ha hecho referencia, y por otra, en la colina. La mayoría de las tumbas están fechadas en el siglo IV a. C.
En un lugar cercano a estas tumbas, se encuentra uno de los edificios más representativos: la iglesia de San Nicolás. Al parecer, contiene todavía el sarcófago donde se enterraron los restos del santo que después serían trasladados a Italia. Es ahí donde aparece el mito de Santa Claus, según la versión turca.
Desde Kas a Demre para visitar las ruinas de Myra
El trayecto más bonito y más cómodo es en coche, ya sea propio o de alquiler. Durante el recorrido pueden observarse otras tumbas excavadas a lo largo de las montañas que componen el paisaje, así como detenerse en algunas playas que pueden encontrarse y reposar la vista en lo alto de la gran montaña que resguarda Kas para observar su atardecer.
Si las circunstancias, por lo que sean, no lo permiten, las agencias de viaje privadas o los hoteles en Kas ofrecen excursiones a este lugar típicamente turístico.
También cabe la posibilidad de hacer uso del transporte público que en Turquía es muy accesible y a muy buen precio. Puedes dirigirte hasta Demre y después coger un taxi hasta el acceso a las ruinas de Myra.
Recomendaciones
En verano hace mucho calor en esta zona de Turquía. Lleva agua para el recorrido, crema de protección y algo que resguarde la cabeza. Hidrátate bien.
Ten en cuenta los horarios de apertura y cierre, ya que durante la tarde suele ser complicado visitar estos lugares. Intenta acceder a las ruinas a primera hora de la mañana para evitar los momentos más calurosos.
Antes de acceder a las ruinas, hay una cafetería al aire libre, equipada con un equipo de ventilación muy eficaz y con conexión a Internet.