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Convento de Santo Domingo (Antigua Guatemala)

Convento de Santo Domingo (Antigua Guatemala)

Convento de Santo Domingo (Antigua Guatemala)

El Convento de Santo Domingo es un monasterio en ruinas en Antigua Guatemala, Guatemala. Su historia se remonta a 1538 cuando los Dominicos arribaron a Guatemala. Tenía 2 torres con 10 campanas.

El convento fue completamente destruido en 1773 por los terremotos de Santa Marta y actualmente parte de sus ruinas han sido transformadas en el Hotel Casa Santo Domingo.

Historia

Véase también: Dominicos en Guatemala.

La Orden de Predicadores llegó al Reino de Guatemala en 1529 y se trasladó al valle de Panchoy en 1542. Cuatro años después se hizo priorato el convento de Santo Domingo y sede de la provincia de San Vicente de Chiapas y Guatemala, la cual fue erigida oficialmente por el capítulo general de la religión de predicadores en Salamanca en 1551; se eligió como primer prior a fray Tomás Casillas, O.P..​

En 1551 se nombró como prior provincial a fray Tomás de la Torre, O.P y en 1558 se celebró un capítulo en México en donde nombraron a fray Pedro Angulo, O.P. como vicario de la casa de Santo Domingo en Santiago de los Caballeros de Guatemala se le dio facultad de imponer hábitos. En el templo fue enterrado en 1555 el licenciado Alonso López Cerrato fundador de la Real Audiencia de Guatemala y antepasado del prócer centroamericano Manuel José Arce; y en 1556 se instituyó la cátedra de Teología en el convento.

Colegio de Santo Tomás. Convento de Santo Domingo

Artículo principal: Universidad de San Carlos de GuatemalaImagen del Señor Sepultado, «Cristo del Amor»

Hacia el final de su vida, en 1562, el obispo Francisco Marroquín decidió dejar en su testamento un caudal para fundar un colegio, el de Santo Tomás de Aquino, en donde se impartieran cátedras de gramática, artes o filosofía y teología. Los beneficiarios de esta obra pía sería los hijos de españoles pobres, ya que no podían trasladarse a ciudades donde había universidades reales, como México.

La heredad del obispo ha sido interpretada también como el origen de la universidad. Sin embargo, el prelado tenía muy clara la diferencia entre un colegio —residencia de estudiantes, con o sin cátedras— y un a universidad o Estudio General, donde se otorgaban grados. Al respecto, el historiador John Tate Lanning afirma que: «El testamento es tan bien conocido que algunos que ni siquiera lo han visto han leído en él muchas cosas que no están allí.

En ninguna parte menciona Marroquín una universidad, mucho menos declara intención de establecer alguna…» Lo que sí está documentado es que el alcalde Pedro Crespo Suárez al morir, donó veinte mil pesos para la institución de cátedras de la universidad «que se está gestionando».

De acuerdo al historiador Domingo Juarros, Marroquín dejó rentas para fundar un colegio en que se recibieran doce colegiales y que hubiera cátedras de Filosofía y Teología, nombrando como encargados al deán de la Iglesia Catedral y al prior del Convento de Santo Domingo.​

Los dominicos cedieron un área en el atrio de su templo para que se construyeran algunas aulas y la Real Audiencia propuso que los frailes impartieron cátedra en las mismas sin cobrar por algunos años en el colegio, pero los eclesiásticos se opusieron e inclusive no permitieron que los franciscanos lo hicieran.​

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